Sin título
jueves, 17 de diciembre de 2009
Ejercicios fotográficos
Ciertamente es difícil realizar un recorrido fotográfico por la ciudad capital, sacar una cámara es sentirse objeto de miradas e intenciones poco altruista por parte del colectivo. Una situación que limita la posibilidad de seccionar la increíble variedad de la sucursal de cielo y cuando te atreves a romper esa regla no escrita es difícil realizar un trabajo libre del miedo y lograr un resultado decente.
Nelson Garrido comentaba que la fotografía se limitaba, en muchos casos, a los eventos o situaciones especiales en nuestra vida y no enfocaban la cotidianidad, el día a día. Otra aspecto que destacó fue la mala constumbre de ver y no mirar y nos pidió mirar al piso o al cielo para descubrir un mundo nuevo. En efecto existe detalles que forman parte de nuestro recorrido cotidiano que no miramos, ¿dejar de mirar niega la realidad?
Más allá de esos límites desagradables y muy reales y las divagaciones teórico-filosóficas, hago una presentación del trabajo que resultó en la breve experiencia como estudiante o integrante de la ONG.
jueves, 15 de octubre de 2009
Al límite...
miércoles, 14 de octubre de 2009
Una muestra de mi pasión por la fotografía
Lo genial por que ayudará a la memoria al momento de reconstruir un hecho pasado; lo terrorífico viene dado por que aquello que fue capturado nunca volverá a ser.
Lo anterior es un reflexión poco trabajada, inclusive, pudiera decirse hasta gafa, pero pasa a veces. A continuación una muestra de mi trabajo, por llamarlo de algún modo, aquí va:
martes, 13 de octubre de 2009
Un reflejo de lo que se siente
Pero, darse cuenta de la degradación social de tu país tampoco es una cuestión fácil, sencilla, placentera. Es una experiencia que puede resultar muy desagradable y representa un cuestionamiento permanente sobre el papel que juego es este país: ayudo en la cosntrucción de una alternativa o soy un sobreviviente.
La primera tiene que ver con la posibilidad de quedarse y pelear con dientes y puños por un mejor porvenir, es decir, dejar que las personas se salten su puesto en la cola, que lancen papeles al suelo o se coman la luz roja de los semáforos, el respeto por la vida de los otros.
Pendejadas de ese tipo. Pero, no. Ocurre lo contrario. Lo opuesto. Te falta la plata para comprarte aparatos, superficiales, y hasta los más elementales, como un mercado para el mes.
Pensar en tener una casa es una locura, un sin razón solo para locos o para aquellos que deciden, en el caso de Caracas, irse a vivir a un remoto lugar en el cual te debes levantar a las 4:30 am para poder llegar a tiempo al trabajo.
Y, en caso de tener esos aparatos, el hecho de tenerlos te puede costar la vida. La vida en esta ciudad puede valer un par de zapatos, ipod o un Black Berry.
Pero, un mejor testimonio de esta última parte la ofrece El Rey Tuqueque, quien dice sobre Venezuela lo siguiente en su myspace:
Creo que con lo anterior es suficiente, no hace falta más explicaciones. Ahora, la pregunta que me ronda en la cabeza es ¿qué hacer?
martes, 6 de octubre de 2009
Un viernes al mes el menú es especial
Un viernes al mes, el siguiente a la quincena, en el espacio de los sin espacios se desarrolla una iniciativa muy particular.
Particular por el lugar, particular por los asistentes, particular por la atmósmfera, muchos particulares que no podrían describir la totalidad de compartir que ocurre ahí, y lo expresa el lema: una isla de buena música en el océano de violencia caraqueño.
¿Conoces a Joy Division? ¿Conoces a Lacrimosa? ¿Los Smiths o Circle Jerks? Si te da curiosidad y tienes publicaciones independientes para mostrar y no conoces los viernes de fanzines te invito a descubrir ese espacio que florece de vez en mes —utilizando una metáfora poco apropiada— para compartir buena música, bebidas y los más importante camaradería.
Quedaron cuestiones por explicar: ¡Sí! Pero es muy difícil, por lo menos para mí, expresarlas en este post, por lo tanto el 16.10.09 a partir de las 7:00 pm el lugar del encuentro es en la Organización Nelson Garrido y la carta de la semana tiene como plato principal a The Pixies.
Aquí tienes un poco de ellos:
martes, 22 de septiembre de 2009
Un cuento de piratas
Las visitas de miles de puertos en busca del precioso tesoro, parece que llegó a su fin. La espada y la pistola quedarán colgados en un cuarto a la espera de ahogarse.
Visité miles de puertos y el próximo será el último y definitivo. En adelante miraré el mar para recordar lo que fui, soñar con el presente para vivir el futuro.
Bajaré del barco para subir en un pequeño bote, una embarcación que exigirá remar para lograr la felicidad. Una pequeña nave que me brindará otras posibilidades, otras aventuras.
El cambió me salvará de la horca y de morir de la memoria de todos, creo que es afirmativo. Sin embargo, en la garganta siento un filo frío. Si tengo mucho miedo.
Pero, lo que hago, sin pensarlo, me infla el pecho y me da alas.
Ayer, mi libertad encadenada peleaba por su vida. Ahora mi libertad enamorada se entrega a la prueba. Una prueba que dirá cómo será mi destino: rendirme en las orillas de su vida o nadar para buscar los insumos que dejé colgados. Sobre el suyo ella tendrá que decir.
Ahora, vendrás otras tormentas y ciclones, teniendo a mi lado compañía. Sólo nosotros determinaremos cual será el resultado de nuestra aventura.
Gracias por mostrarme el otro lado de la vida, pase lo que pase ya gané... mejor dicho ganamos
lunes, 20 de julio de 2009
Un amor de alto kilometraje y muchos litros
Un año son Doce meses, 48 semanas, 365 días, 8.760 horas, 525.600 minutos y 31.536.000 segundos visto de ese modo puede parecer mucho y alguna veces lo es, pero, muchas veces ese tiempo no alcanza. Hagan una listas de las cosas que han dicho para hacer y verán que esos números tan grandes a veces no rindieron para hacer un curso de inglés, sacar la licencia de conducir, leerte 12 libros, ver 48 películas y un largo: entre otras cosas.
Pero en ese tiempo, también, se puede viajar 3.451 Km en autobús y avión, ingerir 3613,5 lts de cervezas, comer 64.8 Kg de pasta, fumarse 3.840 cigarros por mencionar algunas cifras.
Se puede disfrutar un hermoso amanecer en la playa o en Caracas, una comida a la luz de las velas, un estresante viaje en autobús de media noche, unas bocanadas nocturnas de humo o la serie favorita en televisión. Eso y muchas cosas se pueden hacer en ese tiempo.
También forma parte, de ese recorrido en kilómetros y litros, los momentos desagradables pero que dejan aprendizajes, las preguntas incómodas que hacen reflexionar, las cuentas que no alcanzan para hacer lo que se quiere o los momentos de tensión que enfrentan.
Eso y más forma parte de este tiempo, que no entra en unas líneas y se expresa en nuestras vidas, que queman hojas de calendario en un recorrido que invierte días, horas, minutos y segundos en avanzar.
Lo que se pueda escribir queda pequeño a los descubrimientos diarios que se hacen, las nuevas aventuras que en cada momento nacen.
Todos esos números y todas estas letras con poco sentido son para expresar mi profundo amor por este viaje compartido, que inició un 17 y que atraviesa otro 17. Un recorrido que sigue sumando y se pregunta por la meta, ¿dónde quedará la meta?
Y sin pensarlo responde que la meta se logra en cada cerrar de ojos, cuando lo diario pasa factura, y se tiene la certeza que el otro, o sea tú, estás en la misma cama conmigo, en la dulce esperar por colocar más cifras en el recorrido.
21 meses son 84 meses, 336 semanas, 2.352 días, 56.448 horas, 3.386.880 minutos, 203.212.800 segundos y contando.
jueves, 16 de julio de 2009
Un aforismo...
En el aforismo 124 (CXXIV) del libro cuarto de la Gaya Ciencia, el autor, plantea la idea de la muerte de Dios. En ese pasaje, El Loco en plena plaza pública y armado con una lámpara encendida pregunta por el paradero de alguien: él estaba buscando a Dios. El escritor narra que la reacción de la gente fue de burla, un eco de risas.
El Loco encaró a su público, les clavó la mirada y preguntó ¿Sabes dónde está Dios? La respuesta es tajante: le hemos muerto, más adelante en el aforismo agrega ¡Dios ha muerto!¡Dios permanece muerto!¡Y nosotros le dimos muerte! Obviamente no hubo más risas. Este profeta continuó su interrogatorio: pero ¿cómo hemos podido hacerlo?¿Cómo pudimos vaciar el mar? y lo más importante ¡Cómo consolarnos asesinos entre los asesinos!
Entre ayer y hoy esa idea me ha dado vueltas por la cabeza, sintiendo ese peso por el hecho de hacer algo tan grande y terrible. No estoy hablando de una mera reflexión filosófica sobre la manera de Friedrich Nietzsche de pregonar la muerte de los absolutos, estoy hablando más bien del hecho de sentir que el cuchillo está manchado en sangre y gotea por la mano del sacrificio de algo tan grande ¿cómo se puede hacer? y de la forma tan salvaje con la que fue ejecutado.
Ayer, levanté el cuchillo y me di cuenta de lo que había hecho, muy tarde fue. Ya no hay vuelta atrás. Lo hermoso y bello cayó en desgracia, ese templo de 12 piedras se convirtió en un sepulcro de 12 cuchillos. Ahí deberá quedar eso para evitar más daño. Ahí quedará para evitar más lesiones, más llanto, más dolor.
Escribiendo esto me siento como el protagonista de El Túnel, claro, todo en sentido figurado, todo de manera metafórica, todo en forma de realidad virtual. Eso si, todo menos el dolor de lo que ocurrió ese día y el horrible rostro de esa lado que no conocías, desconocías y te mostró de una forma horrible las dos partes de la realidad.
La cara de la bestia se mostró y mordió duro, ahí donde sabía que la herida sería profunda y dolorosa. Y de la cual no habría recuperación posible.
No me quedará otra que seguir caminando y, por enésima vez, pedir perdón. Espero algún día eso pueda llegar. Te deseo lo mejor y más grande de la vida para ti y que este episodio tan desagradable pueda ser superado pronto.
Un fortísimo abrazo para ti... y que Dios te bendiga
jueves, 2 de julio de 2009
ironías, coincidencias y evocaciones
Después de casi dos años de no vernos, por casualidad nos encontramos. Cada uno en su trabajo, ella con su estetoscopio, yo con un trípode. Un momento grato por ver a una persona super querida —como diría un colombian@— con la cual compartí alguna de las conversas más agradables que he tenido.
Recuerdo una con especial cariño en un conocido Caffé barquisimetano en la cual me dijo "la melancolía es el más perfecto de los sentiminetos" su argumento: es la mezcla casi perfecta de varias emociones. Esa noche por cierto nos deleitamos con una extraordinaria parrilla y, obviamente, unas birritas. Después cada quien, y por caminos diferentes, fue a casa.
Otra que también la guarda con celo mi memoria es una que sostuvimos en una ruta —equivalente a una camionetica caraqueña— en la que yo confesaba que el único vínculo constante con mi círculo de amigos de la tierra musical era ella. Le decía que me sentía ajeno a mi ciudad natal, extraño entre los míos. No recuerdo con exactitud su respuesta, pero sé que fue algo que me tranquilizó.
En una parrillada con mis colegas scalabrinianos, un gran pana de esa época —en tamaño y sentimiento— le preguntó ¿Epa, y uds qué? Ella con serenidad y sin perder el control del momento me devolvió la pregunta. El grupo de personas que estaban alrededor de la fogata carnivora respondieron, casi al unísono, UFFFFFFF, marico estás (colóquese el mejor adjetivo) y yo opté por bajarme una birra fondo blanco. Una excelente reacción para el momento. Después cada quien, y por caminos diferentes, fue a casa.
Hey, y cómo olvidar esos maravillosos zapatos rojos Nike que tenía puestos en esa rumba en su apartamento. Acompañados con un pantalón negro y sweter rojo —esa parte no la recuerdo bien— pero la imagen la he llevado conmigo bastante tiempo. Ese día la rumba terminó con un poco de estudiantes de medicina en el monumento del sol a las 6:00 a.m. y dos horas más tarde era el bautizo/primera comunión de mi hermano, al que asistí con muy pocas condiciones.
Esa vez que nos vimos en el último rincón del rock & roll guaro y nos tomamos unas birritas, ella se fue y yo la acompañé, después regresé a local y a las 4:00 am me tuvieron que escoltar hasta la casa, señora pea... pero eso no es el tema. Otra vez, cada quien, y por caminos diferentes, fue a casa.
Han sido muchas recuerdos gratos en estos casi 7 años de amistad. Tantos que pueden resultar aburridos y pueden ser mal interpretados.
Todo lo anterior fue escrito el 02.07.09, 7 meses después decido terminar aquello que dibuje con teclas aquel día. Esto será una rosa marchita que se lanza en el feretro de una amistad que por mi falta de detalles maté.
Una amistad de 7 años que se cerró con unas palabras tuyas que 7 meses despúes ya no recuerdo, una expresión facial que se mantiene, pero, no puedo describir. Únicamente me quedará evocar aquellos momentos compartidos, a la espera que el tiempo los borre de la memoria y te conviertas o nos convirtamos en esos nombres que algunas vez pasan por nuestra mente como un destello fantasmal.
Irónico es que cuando la distancia fue mayor hubo cercanía, se redujo y hubo lejanía
Coincidencia aquel encuentro en el Hospital Universitario, que siete años de amistad se resuman siete meses desdpués de aquél inesperado reencuentro.
Evocaciones: de lo que fue y no será
Para el cierre dejo este tango de Carlos Gardel:
viernes, 19 de junio de 2009
El show debe continuar...
Se puede pensar que lo anterior es una pendejada, una frivolidad, a lo mejor lo es... Pero realmente no importa, el show —durante algún tiempo— fue la compañía fiel para alguien que no se sentía cómodo en ningún lugar. Una compañía ante los retos de cambiar de vida. El Show fue un amigo...
En su momento escribí:
Pendejadas existe una gran posibilidad, pero así lo sentía en ese momento... El Show debe continuar...
La canción del adiós...
La banda de PUNK más grande de la historia
A las 14.40 del 15 de abril, domingo de Pascuas, Joey Ramone, el espigado cantante y frontman de la más grande banda de punk del mundo, los Ramones, murió en el New York Presbyterian Hospital, luego de batallar durante seis años contra un cáncer linfático. A las 14.40 del 15 de abril, domingo de Pascuas, Joey Ramone, el espigado cantante y frontman de la más grande banda de punk del mundo, los Ramones, murió en el New York Presbyterian Hospital, luego de batallar durante seis años contra un cáncer linfático. Esa noche, durante un show de u2 en el Rose Garden de Portland, Oregon, Bono se tomó un momento para contarle a la audiencia hasta qué punto su propia vida y la de su banda habían sido transformadas por obra de Joey y los Ramones, gracias a esa voz y al gran corazón de rock & roll que latía en cada una de sus canciones. Bono comprobó rápidamente que no era el único que se sentía de esa manera.
Le dije a la gente: "Quiero hablarles de Joey Ramone" y el público respondió con una ovación recuerda Bono, asombrado. Después de contarle a la audiencia cómo los Ramones "nos hicieron formar u2", Bono cantó "Amazing Grace" y luego, acompañado sólo por The Edge en la guitarra, interpretó esa perla lastimera de Joey, "I Remember You", de Leave Home, el álbum que los Ramones grabaron en 1977.
La sorpresa dice Bono fue que el público se puso a cantar, y cantaron el tema completo. Entonces les conté que Joey había fallecido esa tarde. De repente, la ovación se detuvo en seco y el lugar quedó en silencio. Fue una experiencia muy fuerte.
Joey Ramone tenía apenas 49 años. Su enfermedad fue como una broma cruel hacia alguien que creyó, hasta el fin, que el rock & roll salva vidas. Un mes antes de su muerte, mientras estaba en tratamiento en el hospital, Joey llamó a Seymour Stein, presidente de Sire Records, el sello que sacó tantos discos de los Ramones, para decirle que le iba a mandar demos de una banda que le gustaba mucho. El productor Daniel Rey, que trabajó en varios de los últimos álbumes de los Ramones y que estaba grabando el primer disco solista de Joey, recuerda que el ánimo de Joey se mantuvo tozudamente alegre durante esas últimas semanas. "Hablaba de levantarse de la cama para ponerse en forma y salir de gira."
De hecho, Joey era un largirucho frágil, que estuvo propenso a las enfermedades y a las heridas a través de los veintidós años que duró la carrera de los Ramones. Pero en escena y en los discos, a lo largo de 2.263 shows y casi dos docenas de álbumes si contamos grabaciones de estudio, discos en vivo y recopilaciones, Joey irradió la convicción de un gladiador, una convicción desproporcionada con su físico y con el querible hipo de su voz. La imagen del Joey de mediados de los 70 sobre el escenario, parado allí firme entre la guitarra de Johnny, el bajo de Dee Dee y la batería de Tommy, es una de las imágenes que permanecerá en forma indeleble en la historia del rock. Joey, con su figura de mantis inclinada en dirección al rugido de la audiencia; sus piernas clavadas en una pose desafiante, sus manos aferrando el soporte del micrófono como si fuese una lanza, y su cara y anteojos ovales casi ocultos bajo una gruesa cortina de pelo negro. Cuando vi por primera vez a los Ramones, en abril de 1977, en un pequeño club del campus de la Universidad de Pennsylvania, en Filadelfia, pensé que Joey se veía como un rascacielos con campera de cuero; el espantapájaros del Empire State.
Pero Joey tenía el coraje de King Kong. "No pensábamos dejar que nada nos volteara", me dijo, dos décadas más tarde, en una entrevista de febrero de 1999, refiriéndose a la larga lucha de los Ramones contra la mala fortuna y la indiferencia del mainstream rockero. "Siempre nos tiraron con algo. Vieras los problemas, los obstáculos, la mierda que se interpuso en el camino de la banda. Siempre ha sido así, pero hay que seguir en la lucha."
The Ramones Johnny, Joey, Dee Dee, Tommy y miembros posteriores como Marky, Richie y c. j. nunca obtuvieron una justa retribución por haber inventado el punk rock. Joey recibió sólo un Disco de Oro en toda su vida, por la recopilación Ramonesmania, de 1988. Sólo dos álbumes Rocket to Russia, de 1977, y End of the Century, de 1980 (el último de ellos producido con maníaco entusiasmo por Phil Spector entraron al Top 50 del ranking de Billboard. Pero Danny Fields, que fue comanager de los Ramones junto a Linda Stein, de 1975 a 1980, dijo que el impacto que produjo la banda fue inmediato. "Sufríamos para poder llegar a Toronto, por ejemplo, y poder tocar en algún sótano del barrio de los depósitos, y cuando regresábamos más tarde a la ciudad descubríamos que se había formado más de media docena de grupos parecidos desde la última vez. Joey podía detectar la influencia Ramones hasta en los más sutiles detalles, como en el estribillo de "Hey! Wait!", del tema de Nirvana "Heart-Shaped Box", que hace acordar a la voz de Joey, cantando "Wait! Now!" en "I Just Wanna Have Something to Do", del álbum Road to Ruin, de 1978.
Para leer el artículo completo, visita: http://www.taringa.net/posts/
El artículo fue realizado por David Fricke
Aquí le pongo un poco de esa dosis, tan necesaria para patear esta puta vida...
sábado, 9 de mayo de 2009
Una noche que quiero llorar
Los recuerdos que guardo de ella son tan vagos que siento que la estoy condenando a otra muerte, y la peor de todas: el de la memoria borrada. Creo que estoy recogiendo los frutos de muchos años de querer borrar el dolor y la amargura de aquello que no se entiende, no se comprende y no se acepta. O sólo es la forma de continuar caminando, aún con ese dolor en la espalda.
Miro atrás y veo como esos momentos en lo que me hubiese gustado que ella me acompañara han ocurrido con su gran ausencia. También, ese mirar al camino recorrido, veo la dedicación y entrega con la cual me cuidó. Recuerdo las tardes de dictado. Los juegos de medio día. Las odiosas salidas al mercado. Las arepas sin concha y mantequilla en las tardes. Las noches de televisión viendo lo que ella quería. Los almuerzos en el comedor. Las sesiones de costura. Son tesoros que guardo tan profundo que llego a sentir que los he ocultado tan bien que ni el tiempo los podrá robar.
Pero recordarla a ella es sentir que la abandoné, ahí cuando más me necesitaba, pero cómo se supone que iba actuar ante aquello que era inmenso, misterioso y, sobre todo, definitivo. Me asusté pero eso también significó no sentarme a su lado a llorar…
Llorar para sentir tu compañía, llorar para limpiar las heridas de aquel error, llorar para que vengas y me consueles, llorar para sentir tus labios en mi frente, llorar para verte por una vez más, llorar para volver a ser niño y dormir a tu lado en cualquier noche fría. Son deseos que no se cumplirán, pero era necesario escribirlo, aún cuando son lágrimas que correrán por mis mejillas sin tu mano para limpiarlas y sin tus palabras para consolarme.
Un homenaje póstumo y tardío pero sentido y sincero, buscando que mis pensamientos viajen en el tiempo y se posen en tus oídos para decirte que te amo… a la espera de poder vernos en una casita de bahareque en medio del campo, con vacas, sin deudas y poder seguir aprendiendo de ti.
Gracias abuelita Paula
martes, 31 de marzo de 2009
Carta de despedida del SJR
La vida me presentó a mediados del mes de febrero la oportunidad de seguir acumulado haberes por otros senderos, una prueba para colocar mis conocimientos, vivencias y aprendizajes al servicio de otros, en situaciones distintas y ante otras dificultades.
El Servicio Jesuita a Refugiados significó y significará el espacio en el cual los fríos conocimientos adquiridos durante mi formación académica fueron puestos al funcionamiento de la construcción de un mundo más humano, un mundo más justo y fraterno.
Fue para mí un honor haber trabajado con sujetos comprometidos y dispuesto, aún ante los retos más exigentes y duros, a llevar un mensaje de esperanza, una esperanza que se fortalece ante las dificultades y renace al extender la mano en señal de amistad.
Muchas veces con mil derrotas y una victoria fui testigo de esfuerzos inmensos delante de la inmensidad por cambiar situaciones llenas de dolor, amargura y rabia ante una indolente indiferencia de muchos, más bien demasiados, pero con cada nuevo amanecer la posibilidad de torcer el destino se renovaba.
Ante la soledad el acompañamiento, ante la humillación el servicio y ante la injusticia la defensa. Creo que eso es el mayor aprendizaje que me llevo de mis compañeros que son los que hacen del SJR una experiencia inigualable.
Mañana habrá personas e historias a la espera de recibir una señal, una señal que les dé la oportunidad de continuar para superar el dolor y las heridas sanar. Y, mañana ustedes saldrán, como todos los días, a ser instrumentos de esa señal.
El adiós se verá recompensado con la llegada de nuevas ideas, más ímpetu y nuevos compromisos. Necesarios, por demás, ante una realidad que se rearma y se transforma.
Gracias amigos por la compresión, la paciencia y la apuesta.
lunes, 23 de marzo de 2009
El precio de la venganza
En ese camino al abismo más profundo el protagonista se lleva aquello que quería defender, expone a un riesgo mayor su tesoro más preciado y del cual no lo puede proteger, y se va degenerando hasta transformarse en una bestia igual o peor que los bastardos que quería matar. Al dejarse llevar por el odio que le inflaba sus venas terminó matando a su familia, llegó a ese punto de no retorno en el cual lo que queda es dejarse triturar por el monstro que se lleva adentro.
Muchas veces la realidad te impone condiciones no negociadas con las cuales tienes que lidiar y reaccionas de maneras sorprendentes. De hecho, después del asesinato de su hijo un compañero de trabajo de Hume le dice; palabra más, palabra menos: Yo me hubiese quebrado. Hume responde tienes que vivirlo, te sorprenderías la forma en la que llegas ha reaccionar. Un hombre tranquilo y centrado en su familia se conivierte en el brazo ejecutor del armagedón, un caos que se sale de su control y lo embiste. La vida es una ecuación desbalanceada y al intentar equilibrarla se tiene que estar dispuesto a pagar el precio. Ese precio siempre será muy alto.
¿Cómo será sentir la impotencia de no poder hacer nada? ¿Será frustración lo sentido? ¿Odio acaso? ¿O una melancólica rabia? Al parecer la última que se expresa de múltiples maneras y dependerá del grado de dolor que se sienta.
Hume termina convertido en uno de ellos. Termina alienado y sin ser mejor que los otros, se vuelve un animal sediento de venganza, en este caso sangre, y sólo le queda recordar aquello que quiso cuidar. El precio de la venganza lo llevó a destruir su tesoro y destruirse. El antagonista, en la escena final, le dice: mira en lo que te he transformado.
La realidad impone condiciones, no siempre favorables, y debes ser capaz de manejarlas para tu bien propio y el de los tuyos. Al final sentado y con las daga de la muerte a la espera de llevárselo el héroe de esta tragedia hubiese preferido tomar un camino distinto, hubiese preferido no pagar el precio final de su compra, ¿será que irremediablemente ese será el camino a tomar y el resultado será perpetuar un círculo? ¿O, por el contrario, se podrá detener la rueda y darle otro sentido?
¿Qué crees tú? Para esta pregunta no existen respuestas, en el aquí y el ahora... sólo el tiempo, la vida y la muerte te podrá dar una respuesta sin derecho réplica; lo hecho, hecho está. Y por eso hay que hacerlo bien...
Al final la venganza sólo trae más dolor.
lunes, 16 de marzo de 2009
Un cuento viejo....
Y mi camino será el mar.... el océano; no existe puerto seguro para alguien como yo... siempre seré un pirata... aprenderé a vivir con las cadenas que me amran... pero mi esclavitud será mi liberación....
Y mi camino será el mar... el océano; no existe puerto seguro para mi.... otros puertos y ciudades amuralladas esperan mi visita... Siempre seré un pirata...
Y mi camino será el mar.... el océano; no existe puerto seguro para mi... y cuando la horca me dé el último abrazo.... no habrá lágrimas.. sólo el sonido de copas y jarras celebrando.... la intensidad con la que viví y lo cobarde que fui para vivir otras....
Y mi camino será el mar.... el océano; y el viento de la mañana borrará mi recuerdo y sólo seré un eco... eco de un pasado de valentía y cobardía... un pasado que será un rumor de viejos marineros...
martes, 3 de marzo de 2009
Un viernes en la tarde.... El fin de un ciclo
Hace mucho tiempo atrás un joven solitario, callado, tímido y poco sociable se acercó a su colegio un viernes por la tarde, había aceptado la invitación a una propuesta distinta en compañía de otros jóvenes.
En una tarde que transcurrió entre bromas, dinámicas y un pequeño espacio de reflexión, iniciaría un camino lleno experiencias y acontecimientos... altos y bajos... encuentros y desencuentros. Una gran cantidad de vivencias que le permitieron abrir los ojos ante realidades ocultas o poco cercanas, enfrentar miedos y fantasmas y durante el proceso ir ayudando a otros que como él pasaban situaciones similares.
El camino que se inició aquel viernes en la tarde en compañía de muchos, fue evolucionando; durante el recorrido algunos no se identificaron, otros encontraron sus respuesta fuera de ese espacio y hubo algunos que no lo necesitaron.
Pero este chamo se fue haciendo persona dentro de aquel ambiente de formación alternativa, reconociendo en el otro un complemento y compañero para el largo camino de la vida, contrastando lo aprendido en el hogar —en oportunidades afirmando, en otras negando— pero siempre apuntado a la superación.
Aquello que se inició un viernes progresivamente fue ganando espacios de su tiempo y no era una carga, era una oportunidad para abrir infinitas puertas.
El colegio llegó a su fin, pero allí estaba ese espacio... un refugio, no para esconderse —aunque a veces lo fue— era aquel lugar donde sus problemas se compartían, se hablaban o se escuchaban...
Llegó la universidad y con ella el desenfreno... parrandas, cigarros, domino, entre otros, un libertinaje en todo el sentido de la palabra... pero algo necesario visto a la distancia. Durante ese Highway to hell, el espacio de los viernes perdió sentido, ahora era aburrido.
Sin embargo, otro viernes cualquiera de ese año de marcha pasó un día por su antiguo colegio y el cansancio producto del vértigo le indicó que era momento de pasar el próximo viernes por la tarde por aquel lugar y re orientar la búsqueda.
Una vez más, rodeado de sus amigos tomó la importante decisión de encaminar su vida fuera del lugar de nacimiento, el cual se había convertido en una asfixiante jaula de cristal. El norte quedó fijado para el centro vital de su país... un mundo extraño, violento, movido, aparente, real, rico, pobre y mil adjetivos más.
Otros aires, otra realidad pero la esencia del espacio vespertino de los viernes lo acompañó. Aquello iba en su ropa, en su hablar, pensar, mirar... y porque no el hecho de cargarla con cierta frecuencia, pero con la oportunidad de encontrar un gesto o una palmada de apoyo para decir ya tendremos una oportunidad de mejorar.
Lo intangible de los viernes, y lo más importante, lo acompañó durante los mejores cinco años de su vida... Ese espíritu le permitió contra todo pronóstico, inclusive el propio, concluir su carrera universitaria, finalizar un proyecto y finalizarlo con éxito. El esfuerzo de muchos que lo acompañaron le dio la fuerza para sobreponerse a las dificultades.
Y, una vez más, gracias al aura de los viernes por la tarde consiguió un trabajo, su primer reto profesional. Esa novel experiencia laboral le permitió conocer realidades allende de sus fronteras y reconocer en otros panoramas de una Latinoamérica que se parece mucho en distintas partes.
Aquel viernes en la tarde fue a mediados de un octubre de 1993, en un aula del colegio San Pedro, en su natal Barquisimeto. Hoy a principios de marzo 2009 se inicia otro capítulo de la historia de ese pana en la cual Huellas, como vinculación directa parece acabar. Sin embargo, lo místico de los viernes por la tarde siempre lo acompañará y rondando por Venezuela siempre existirá un rostro que le recuerde todo lo intensamente vivido.
jueves, 26 de febrero de 2009
Frase inspiradora... y reflexión sobre mí
También, recuerdo las palabras del sr. Conway —el dueño del circo en Big Fish— le dijo a Edward Bloom: "No tienes mucho, pero lo que tienes lo tienes en cantidad." Y, me repito ¿Dónde consigo la determinación para concretar esos dones?
lunes, 23 de febrero de 2009
Más que un robo
martes, 27 de enero de 2009
Anotación divagante
El Ausente no es ausente por su falta de corporeidad
Se es ausente por que al intentarlo acariciar con los recuerdos
Conseguimos el frío recuerdo de su ausencia.
II
Hay personas que dejan una huella imborrable en nuestro ser,
Huella de piedra y no de arena.
Dependerá de cómo la llevemos, para que sea una carga o un alivio.
Pero siempre estarán allí.
Colombia dos realidades
He tenido el maravilloso placer de ir a Colombia en tres oportunidades, todas de caracter laboral, en cada una de esas visitas he visto situaciones, paisajes e historias muy distintas.
Por una parte, he visto la zona rosa de Bogotá y la zona portuaria de Buenaventura. Dos realidades diametralmente opuestas y contradictorias. He paseado por las zonas aledañas del Museo Botero y caminado por pasajes de tierra en San Pablo —al sur del Departamento de Bolivar— la visión de una Colombia fragmentada.
Encantos distintos, contextos diferentes y un porvenir incierto. Por una parte, Bogotá, llena de vida cultural, social y económica. Una urbe con aires de gran ciudad europea que intenta disimular las grandes disparidades que encierra. Del otro lado, las poblaciones del corazón neogranadino, alejadas de todo el glamur de las principales ciudades y donde la vida se cae a coñazos para abrirse paso ante dificultades económicas y sociales.
Colombia llena de paisajes maravillosos, gente estupenda, mujeres hermosas y un gigantesco acervo cultural que se ve manchado por la segunda crisis humanitaria del orbe —después de Sudán, Dafur. Algunos datos los pueden encontrar en:
http://www.mediosparalapaz.org/index.php?idcategoria=38
Dos países en un mismo espacio geográfico. Realidades que se excluyen y se repelen, que no son compatibles y que chocan constantemente. Una nación, que al igual que Venezuela o Panamá, vive en una paranoia social: quieren ser algo que no son, y cuando la realidad emerje, los cachetea y los humilla.
Sin embargo, la historia se repite... procesos abortados que repiten un ciclo interminable y un conglomerado de personas que espera.