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autor James_Neo

viernes, 31 de diciembre de 2010

Lo bueno, lo malo y lo feo del 2010

Al momento en que se consumen los últimos compases del 2010, y en medio de la fiebre y necesidad de listas y recuentos, realizaré el balance de mi vida durante este tiempo. Un intento de valorar lo ocurrido y, de una vez por todas, establecer un plan de acción para el próximo año, ese que comienza en instantes.

Lo bueno del 2010

Iniciar otro trabajo. Ciertamente durante los meses de marzo y septiembre mi antiguo trabajo, en una organización de escritorio, reportó muchos sinsabores, reportó muchas insatisfacciones, las cuales fueron minando otras áreas de mi vida y me dejaron con los saldos muy bajos, con los saldos en negativo.

Ahora, mi experiencia laboral actual me permite un nuevo comienzo, observar nuevos horizontes y plantear otras metas. He recuperado el buen ánimo y he dejado atrás las malas vibras.

Otro de los aspectos resaltantes fue le viaje a tierras gauchas. La oportunidad de conocer esa hermosa ciudad capital, fue una inyección de esperanza y fuerza para seguir el camino. También, como punto destacado, es que nos ofreció, tanto a mi compañera como a mí, una meta a mediano plazo: ser parte de esa urbe latinoamericana.

El 2010, también me dejó, la oportunidad de recuperar mi cámara, aquella, que el fantasma de la inseguridad me despojó en 2009. Con esto la oportunidad de dar mis primeros pasos, de manera seria, en lo que me apasiona.

Lo malo

En este apartado destaca la situación habitacional, el lugar donde se encuentra nuestra cama, televisor y libros se halla en un estado lamentable. Esa situación ha generado un período de incomodidad y dejadez, que se expresa a ratos y de manera cíclica, y de esa manera afectando la relación entre mi compañera y yo. Resolver ese punto es vital para los primeros compases del 2011.

En el marco de lo anterior, la deteriorada situación económica del país que evita que consigamos tener mejores parámetros de vida y empezar a pensar en descartar cosas para cumplir con los mínimos. Es decir, no salir a tomarse unas birras porque no tendrás para comprar las cenas de la semana (como a uno le gustan). Además, por los vientos que soplan las perspectivas no son muy halagadoras.

Lo feo

La manera en que terminó la relación laboral entre mi trabajo de escritorio y yo. No me defenderé diciendo que fue una injusta decisión, existían elementos para que ellos tomaran el camino que decidieron, sin embargo, saber que hubo otras razones intangibles que tuvieran tanto o más peso que mis fallas es decepcionante.

Otro de los aspectos feos del año que terminará fue la difícil situación que se vivió en casa durante buena parte del año y, para condimentar, la imposibilidad expresa de mi parte de poder ayudar para lograr una solución. Eso generó un profundo sentimiento de frustración de mi parte, sin embargo, ya es página pasada y lo mejor fue el aprendizaje que dejó en los involucrados.

Momentos cómicos y particulares del año que queda atrás

La dedicatoria musical de un cuatrero cuaretón a una veinteañera. Con la base de guantanamera el intérprete realizó una oda a los melones de la muchacha.

El moco viviente en un colectivo de Buenos Aires. Un tipo de 35 años de edad, aproximadamente, tenía en sus fosas nasales una masa verde amarilla de 3 cm que nos saludaba y explicaba como utilizar el transporte de esa ciudad.

La pea meona. Una amiga nos acompañó a degustar una birras en un conocido hueco capitalino y en medio de un frenesí etílico decidió orinar las neveras del local, la señorita en cuestión quedó bautizada como la meona y ella juró no regresar a ese espacio.

El cantante impertinente, en la celebración del cumpleaños de una amiga un personaje de aquel museo catiense se dedicó a amenizar la noche con la infinidad de su repertorio, según el sujeto se sabía más de 3.000 y amenazaba con cantarlas todas. Aquello que inició con el necesario feliz cumpleaños terminó en un coro de fastidios e incomodidad.

El swinger party abortado. Una pareja de roqueros argentinos, heterosexuales como aclaratoria, nos invitó a su casa, en las afueras, afueras de Buenos Aires a tomarnos una copas, pero mi compañera y yo en una ataque de paranoia, literalmente, salimos corriendo por avenida de Mayo.

¿Qué se viene para los primeros seis del próximo?

Curso de fotografía digital

Realizar de manera sobresaliente en diplomado

Tomar muchas fotos y escribir mucho

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