El 6 de enero en horas de la noche unas
balas asesinas le quitaron la vida a una ex miss Venezuela y su ex
esposo y dejaron con profundas heridas psicológicas a su hija de
cinco años.Regresaban de recorrer las hermosas playas de este país
tropical. Las reacciones no se hicieron esperar, cada quien expresó
su indignación.
Después de mucho tiempo, las últimas
elecciones, la ofensiva económica, rumores de aumento de gasolina y
de una nueva devaluación, la inseguridad logró ocupar las primeras
planas de distintos medios de comunicación, redes sociales y conversaciones callejeras.
Analizar lo ocurrido, no tiene sentido.
Muchos han escrito y dicho al respecto y mucho mejor de lo que yo lo pueda
hacer. Sin embargo, esas balas asesinas unen a tres personas que a lo
mejor nunca soñaron con conocerse, pero ahora tienen mucho en común.
El 5 de octubre un amigo de mis tiempos
en La Vega cae asesinado por dos balas asesinas. A finales de
noviembre el tío de un pana cae víctimas de otras tantas balas
asesinas. El día de reyes otras dos personas dejan de respirar
víctimas del mínimo común múltiple: balas asesinas.
Por qué me refiero a la violencia de
este modo, por qué me refiero a ella como mínimo común múltiple. Muy lejos de la definición matemática, la cual ni
recuerdo, procedo a explicar:
Mínimo: esas balas asesinas que surcan
los aires reducen la existencia del "afortunado" a lo mínimo. No hay
capacidad de expresarse, no hay posibilidad de relacionarse con otros
y sin ser una decisión propia es definitiva.
Común: cuántos de nosotros no hemos
conocido, de primera fuente o por terceros, una historia relacionada
con esas balas asesinas. Creo que son o somos muchos lo que podemos
testificar al respecto.
Múltiple: por la consecuencias que
trae, por la cantidad de víctimas que más allá de las cifras son
muchos, son múltiples. Por la cantidad de disparos que reciben las
víctimas, por la cantidad de verdades o mentiras que dicen al
respecto y así pudiera seguir con múltiples expresiones.
Un TSU en educación, un escolta y una miss. Todos jóvenes y con sueños. Padres, madres o esposos. Mucho y nada en común. Lamentablemente ahora tienen más en común.
NOTA AL PIE: esta bitácora se ha convertido en una serie de anotaciones sueltas sobre violencia, inseguridad y muerte. Lo peor del asunto es que ha sido sin querer…
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