"Es como ver por fin el ser, después de haber conocido solamente el parecer" Julio Cortázar
Con esa frase el Cronopio se refiera a su experiencia personal delante de las obras de arte que tiene la oportunidad de ver en París, Roma o Londres. Esos cuadros que vio en una -mala, regular o buena- reproducción en las páginas de los libros que en sus primeras etapas de vida consumió.
¿Cómo será esa experiencia? ¿Cómo será el choque entre esas dos instancias? El parecer es una entidad que guarda algo de la esencia del ser, nos acerca a eso de manera aproximada y nos deja en el alma la curiosidad por sentir, por experimentar, aquello que nos muestra.
En mi pequeño universo existen muchos parecer, cosas a las que sólo he accedido a través de libros, videos o cuentos de terceros.
Ver la cúpula de la Capilla Sixtina o gritar las consignas de Los Millonarios en El Monumental; señalar la Torre Eiffel o respirar el sagrado aire Machu Picchu son algunas de experiencias que me hacen falta conocer.
La experiencia de montar una exposición de fotos, hacer un libro, una película, disco, entre otras. Experiencias que me hacen falta por hacer.
Cuando siento la mochila de experiencias, percibo la ausencia de experiencias del ser y cuando faltan pocos escalones para llegar al tercer piso un sentido de urgencia me invade, de cierto modo cada vez que volteo la mirada y veo que el sendero recorrido aumenta, la preocupación se hace mayor.
Por otra parte, al ponderar lo realizado, lo vivido, padecido y disfrutado matiza lo anterior. Saber que muchas veces se ha dado luz a vidas que estaban en la oscuridad o haber recibido destellos de otros; ir al cine con la persona que te da esa sensación estomacal dulce.
El tiempo sigue su marcha y los es momento de activarse o quedarse a un lado del camino
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