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autor James_Neo

miércoles, 10 de marzo de 2010

Esos detalles femeninos

Es muy interesante caminar por la calle y ver como las mujeres realizan una evaluación general de todas las "rivales" que la rodean. Una aclaratoria temprana toda integrante del género femenino observa en sus pares una competencia en potencia, esto genera un proceso de medición de las habilidades y debilidades de la otra. En este caso las otras.

Algunos o algunas pensarán que es una exageración de parte de un hombre, sin embargo, creo que puedo demostrar mi punto de vista con dos ejemplos de la vida real.

Argumento uno. Ninguna mujer podrá resistir la tentación de observar una prenda de vestir de otra fémina, más si ese objeto es del gusto de la cazadora. Es impresionante como ese proceso se realiza en unos pocos segundos y no importa la prenda.

En ese mismo orden de ideas es muy cómico ver como las representantes de tan complicado gremio miran, con ojos de envida, aquello que tiene la rival. Un rostro que por muy cándido y angelical que sea puede virar y transformarse en algo que transmite maldad. Se dibujan unas líneas faciales que expresan "¡mira como le queda esa falda a la perra esa!" o "¿Qué bella esa falda? ¿Dónde la habrá comprado? Lástima que no le luce, a mi me quedaría..." Cuestiones que se reproducen en la mente de ellas en un hilo argumentativo que no tiene fin aparente o cercano.

Argumento dos. Una aspecto interesante del campo de batalla simbólico es el terreno de las miradas a mi pareja, novio, esposo, compañero o cualquier otra caracterización que se le pueda dar a la persona que tiene la dicha de compartir con un mujer. Ese fugaz e intenso combate parte desde la misma lógica del argumento anterior, pero adquiere un matiz de auto afirmación y defensa impresionante.

Muchas veces miradas, que desde el punto de vista de nosotros son cualquier cosa, para ellas representan una declaración de guerra abierta. Expresiones como "Esa descarada, será que no tiene quien le haga el favor" o "que se cree la tipita esa" forman parte del repertorio. La situación empeora si la enemiga comparte espacio con el objeto en discordia.

Lo lamentable del asunto es que muchas veces el hombre es solo una excusa para medir quien tiene más desarrolladas ciertas armas o quien tiene mayor poder femenino. Uno es únicamente un espectador privilegiado de los acontecimientos, con esto no quiero decir pobre de nosotros, solo que el juego entre dos mujeres se desarrolla en otros términos y con otra reglas.

Aunque algunas veces situaciones, mejor dicho, argumentos como los anteriores pueden ser llevados a extremos poco sanos y transformar la vida, propia y ajena, en un verdadero caos o infierno. Más allá de ese detalle, también es cierto, que eso forma parte de su encanto y gracia.

Felicitaciones a las mujeres en su día, que son todos los días.

2 comentarios:

Guillermo Zaá dijo...

http://img62.imageshack.us/img62/8721/23851137845326279212756.jpg

Unknown dijo...

Jajajaja, tiene razón caballero!