Lo bueno, lo malo y lo feo

Antony 23.04.16

Han pasado 423 días desde aquella tarde en Maiquetía. Han pasado 422 días desde que puse un pie en la tierra de los vinos y quesos. Y la cuenta más larga: han pasado 12.783 días desde aquel 23 de abril de 1981. Las siguientes líneas no repasarán esa cuenta larga, será un recuento de las dos primeras cifras. Así pongo punto a los faltas de lo bueno, lo malo y lo feo del cierre de 2015 y el año acá.

Sin más ahí voy.

Lo bueno

Ese 25 de febrero llegué sin hablar nada de francés, después de algunas horas de práctica y saturación auditiva, ya puedo comunicarme. Puedo salir y comprar pan, pedir una birra o una dirección. Es impresionante ese cambio gradual y la demostración que la constancia paga.

La perspectiva de la vida y los procesos que he vivido (en lo personal, político y social) ha cambiado. No solo es una cuestión de andar un determinado camino, son las novedades que observas en el paisaje que afrontas. Todo esto ha consolidado, afirmado, asegurado y alimentado mi relación con Valen y gracias a ella la aventura es posible y seguirá siendo real.


Caminar calles sin memoria, descubrir lugares cargados de historia y palpar con todos los sentidos la cantidad de hechos ocurridos te transforma, una vez más, en un niño con la necesidad de descubrir un mundo totalmente nuevo. Puedes ver mi reacción ante mi primera nevada aquí y eso puede dar una idea de lo que digo.

Reencuentro con Dios y con Nietzsche, Cuando el obstáculo del idioma se hacía menos empinado (ojo estoy en la fase de inventar palabras y todavía me cuesta) empecé a leer a mi tocayo y afirmé que su filosofía es profundamente humana y ha sido un acompañante. El otro reencuentro llegó de manera inesperada, aleatoria y de la persona que menos esperaba, pero ahí estaba y me dijo soy de verdad y estoy para acompañarte. Menudo lío tengo ahora de compaginar esos dos amigos, pero ahí vamos.

El amor que he sentido de mi mamá, hermano y tíos desde la distancia ha sido maravilloso. Espero que sepan que los amo y siempre pienso en ustedes, aunque no siempre sepan de mi. Y los lazos familiares nuevos que se han formado acá, eso ha sido un gran tesoro.

Hay muchas cosas que no puedo colocar en detalle como el tema gastronómico o la variedad de birras que puedes conseguir, porque eso sería muy largo y todavía quedan cosas por contar.

Lo malo

El capitalismo premia al vencedor y castiga al perdedor. No llena la cabeza de aspiraciones vacías, al momento que nos vacía el alma. Es impresionante ver como la gente se transforma en una herramienta que hace vencedor a otro y perdedor al que se parte a diario la espalda.

En un mundo tan vasto y hostil, a veces, las lágrimas son lo único que da consuelo. Es muy duro tener que aguantar a perdedores que se siente ganadores, esos jefes que por tener uno o dos escalones por encima de uno creen saberlo todo. Es frustrante, además, no poder encontrar las palabras para pagarles un viaje de vuelta a la realidad alimenta ese sentimiento.

La migración te cambia, pero también refuerza ciertas cosas. Que sabiduría expresó Héctor Torres en su libro Objetos no declarados (debería ser lectura obligada en las escuelas). La realidad exige dejar la comodidad del sueldo, por lanzarse metas más altas, pero confieso que me da mucho miedo. Eso será la próxima meta a lograr.

La diferencia horaria que no facilita seguir con comodidad a la NBA, la NFL, el béisbol o al Caracas FC, eso ha sido muy chimbo.

Lo feo

El rostro del terrorismo está presente, muy presente y da miedo. No creo que haga falta dar muchos detalles sobre esto.

El idealismo roto de la tierra de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Llegas con una idea muy rosa y caes en cuenta que también hay problemas muy serios y que los políticos son políticos en todos lados.

Y para finalizar...

Días que no se parecen entre si y a veces parecen idénticos, días con y sin sol, con y sin lluvia o nieve. Días tristes y otros alegres. Días diferentes y parecidos que te ofrecen siempre la oportunidad de comenzar otra historia de 24 horas, siempre afirmando la vida en su conjunto y dando oportunidades para sonreír o para llorar. Bueno esto es, en pocas líneas, el resumen de estos días.