Sin título
sábado, 14 de noviembre de 2015
Ayer, Paris no fue una fiesta
Ayer, las luces de esta ciudad se tiñeron de rojo.
La alegría se transformó en incredulidad y dolor.
No fueron notas musicales las protagonistas.
Muchos salieron y no regresaron.
El siete de enero volvió a retumbar en los corazones de propios y extraños.
Ayer, París no fue una fiesta.
Y, ¿hoy?
Amaneció el cielo gris, los rostros dibujaban preocupación y desconfianza.
Muchos salieron a buscar a los que no llegaron.
Las calles respiraron soledad.
¿Mañana?
Nadie sabe lo que nos espera, pero nada será igual.
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