Pasaron los octavos y los cuartos, se vienen las semifinales y las cuatro selecciones gastan las horas que lo separan de esa importante cita revisando videos, recuperando las heridas y golpes de los jugadores y soñando con el 13 de julio.
Pero esto no se trata sobre los que están, más bien es sobre los que no están.
Sobre los que no están, se pudiera decir:
Los chilenos no pudieron superar esa alcabala histórica de octavos, les faltó unos pocos centímetros.
México no supo concretar el anhelo del quinto juego, con mucho de polémica.
Nigeria y Argelia, los representates africanos, otra vez, se quedaron en promesa.
Uruguay tuvo gran dosis de tragedia, pero no hubo épica.
Estados Unidos no logró cumplir su sueño mundial.
Grecia no supo resolver ese acertijo debajo de los palos.
Colombia dejó de jugar 45 minutos y eso le bastó para decir adiós.
Francia le faltó imaginación para resolver un juego espeso.
Bélgica hizo honor a su apodo de Baby Devils y no supo encontrar el aventón triunfador.
Costa Rica no tuvo las piernas frescas para seguir avanzando.
Y al final, siempre son los mismos que llegan a las instancias definitorias, sin convencer, con dudas sobre la imparcialidad del arbitraje, con poco fútbol y muchos lunares en su desempeño, pero se las arreglan para esta ahí. Alemania, Argentina, Brasil y Holanda son grandes (sobre todo los tres primeros) y como grandes logran resolver.
Pronósticos:
Por priemra vez en suelo latinoamericano tendremos una final europea.
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