Estas paredes son el único recuerdo del retén de Catia |
Quince años atrás, al final del parque del oeste Alí Primera, se levantaba una estructura dantesca. Cuerpos hacinados, olores penetrantes, violencia y la devaluación de la vida eran las características de aquel lugar conocido como el retén de Catia: un símbolo de muerte.
Ese edificio cargado de significados negativos fue demolido el 16 de marzo de 1997. Sin embargo, lo que representó ese centro penitenciario permanece en la memoria de aquellas personas que sintieron de cerca al retén de Catia.
Lo que en situaciones normales sería un tiempo corto, se convirtieron en momentos de angustia e incertidumbre. Por cinco meses, Nancy Mayora hizo la fila para visitar Luis Ramón Mayora, su hijo, que estuvo encerrado en los calabozos del desaparecido edificio.
¿Cuál fue su delito? Realizar una carrerita a dos personas con mercancía robada y no correr ante la llegada de los policías.
La historia de Nancy y Luis Ramón tuvo un final feliz, sin embargo, muchos otros no tuvieron ese mismo destino, se convirtieron en un número más de los miles que entraron y nunca más volvieron a salir.
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